Olé...me

Ruben, ahora Yenifer, es una de las tantas postales diarias que encontramos en alguna esquina de barrio. En este caso, estas historias de vida nos llevo a Espeleta, donde la falta de oportunidades y ciertas desviaciones sexuales fueron suficientes motivos para que un muchachito que soñaba con jugar en la primera de Ferro, ahora se dedique a “bucales a 10 pesos con globito y 15 pesitos con amor”.
Intentando impostar la voz, para virtualizar la mujer que aparenta, pero que cada tanto no logra disimular ese vozarron recio de volante tapon de equipo chico que supo ser, nos cuenta su historia: “Pibe, yo jugaba de 5 retrasado para el equipo del Sindicato de Reposteros y afines. Que queres que te diga... no era un virtuoso, pero le ponia mucha bola viste. Me ficharon para Brown de Arrecifes y deje todo por el fulbo, pero de un dia para otro me dejaron libre. Si bien cada tanto me hacia limar el buje por algun compañerito, mi conducta era decente. A veces tanteaba algun que otro zodape y se me hacia un poco agua el culo, pero la disimulaba, viste?”
Pita de su cigarro, repasa con el rimel sus ojos, mete la mano por debajo de su mini y rasca y acomoda sus huevos: “sabe’ lo que pasa?, esta tanga de mierda me corta la circulacion y me hace arder como la concha de la lora”.De pronto llama el silencio, bebe un sorvo de un brebaje de dudosa consistencia, de color amarillento, que tiene en una botella de Coca de litro y medio. Suelta una lagrima y de pronto la mentada paz es cortada por un atronador eructo que despide su garganta: “perdon por el aliento a pija que largo, pero hace un rato le hice un petardo a un ex compañero que tengo de cliente”.
Asi es el futbol, para algunos es el camino de la buena vida, del bienestar economico, para otros es el comienzo de la deblacle. Conmueve, estremece, entristece. Pero Ruben, o Yenifer, debe volver a su trabajo... con los muchachos de produccion conseguimos que nos haga un service a todos por 20 pesitos.